El antiguo Palacio del Ayuntamiento, que está en el Centro Histórico de la Ciudad de México, frente a la Catedral, fue mandado a construir por Hernán Cortés, en 1522.
Se construyó con piedras de las edificaciones aztecas, demolidas por los conquistadores.
Patrimonio de la humanidad que funciona como museo y oficina de la jefatura de gobierno.
Cuenta con salón de cabildos estilo afrancesado, con candiles y pintura mural en el techo. En las paredes podemos ver imágenes o pinturas de los héroes que lucharon por nuestra Independencia.
Es utilizado para las grandes ocasiones, para la entrega de las llaves de la ciudad a personajes internacionales. Así ha sido con John F. Kennedy, quien fuera presidente de los Estados Unidos. El presidente chileno Salvador Allende y el astronauta norteamericano Neil Armstrong, primer hombre en pisar la luna.
El antiguo palacio del Ayuntamiento, con casi 500 años de vida, tiene su centro de documentación que guarda la historia de la CDMX, gacetas y actas del cabildo o gobierno municipal.
Un palacio con historia de amor, de amor no correspondido. Final de película protagonizada por el virrey Baltazar de Zúñiga.
Se enamoró de joven y bella novicia, que no le hizo caso. La mujer siguió el camino de la religión y se convirtió en monja.
Estuvo en el convento Corpus Christi que el mismo virrey años atrás había mandado a construir, en lo que ahora es la Avenida Juárez, frente a la Alameda Central.
El virrey Baltazar de Zúñiga murió enamorado. Cuando terminó su periodo de gobierno, regresó a España. Años después fallece en la madre patria.
En su testamento, Baltazar de Zúñiga dejó escrito que su corazón le fuera arrancado, guardado en urna de plata y depositado en el convento donde estuvo la novicia de la que se enamoró.
Ese corazón herido, sin conseguir ser amado como era su deseo, se hizo polvo. La monja murió en el convento, dedicada a su vocación religiosa.
Derivado de este episodio, aunque pareciera contradictorio, surgió y ha sobrevivido la leyenda de que las mujeres que caminan por los pasillos del palacio del Ayuntamiento, pronto encuentran novio y se casan.
En contraste, también el palacio del Ayuntamiento tiene su historia macabra. Estuvo involucrado el virrey Gaspar de la Cerda, en 1692.
El pueblo lo hace culpable de la escasez de alimentos. La muchedumbre enfurecida va al palacio del Ayuntamiento y le prende fuego. Era sabido que el palacio tenía granero. La gente se metió a buscar el maíz y no encontró nada.
Por eso, incendian el edificio, quemaron hasta la carroza del virrey.
El virrey Gaspar de la Cerda pudo escapar, esconderse.
Cobró venganza y dio la orden de matar a los organizadores de la manifestación. Después se arrepintió pero no lo castigaron ni metieron a la cárcel.
Hay quienes aseguran que por ese motivo su alma anda en pena, que recorre por las noches el antiguo palacio del Ayuntamiento, con cara de dolor.
La gente lo bautizó como ”el fantasma Gasparín”.
En la pintura o imagen que está en el salón de los virreyes, el rostro de Gaspar de la Cerda tiene la palidez de un muerto, con los ojos abiertos. Provoca cierto miedo.
El palacio ha sido remodelado en varias ocasiones.
Su salón de cabildos es la joya de este palacio y del gobierno de la Ciudad de México.
La escalinata principal es el escenario ideal para la foto de quinceañeras y novios. Previa cita pueden tomarse la foto del recuerdo, en un palacio con casi 500 años de historia.
El Palacio que Hernán Cortés ordenó construir
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